Revolutionary Road: Nunca nos quedará París

‘Revolutionary Road’

De cuando escribía reseñas (y no me las publicaban)

Cada autor configura su universo. De la misma forma que el Madrid de la movida es totémico para Almodóvar, o el Manhattan pudiente y progresista es el escenario de Woody Allen, para el director Sam Mendes el plató ideal es la América suburbial de las apariencias, el antisueño americano. En Revolutionary Road, como en American Beauty (1999), el cineasta británico nos transporta a la decadencia de un matrimonio; como en American Beauty, la lucha contra la apatía, contra la realidad, es el hilo conductor de un film que se mantiene fiel al espíritu de la novela homónima de Richard Yates. Sigue leyendo

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